Consumimos pornografía por el mismo motivo que consumimos cualquier otra droga (de hecho varios estudios comparan la adicción a la pornografía a la adicción a las drogas, basándose en que estimulan las mismas zonas en el cerebro), el alcohol o el tabaco.

La utilizamos como un especie de refugio o mecanismo de escape para escapar de momentos ‘incómodos’.

¿Qué tengo estréss? Veo porno
¿Qué tengo ansiedad? Veo porno
¿Qué me siento solo? Veo porno
¿Qué he tenido un día realmente duro? Veo porno
¿Qué no me siento querido? Veo porno

¿Ves el patrón? Intentamos escapar de esos momentos díficiles o complicados refugiándonos en la pornografía.

Es como un falso lugar cálido de placer instantáneo sin límites al que acudir cuando vienen estos momentos complicados ¿no?

Hemos construido un sitio en el que cualquier hombre puede refugiarse y obtener su dosis de placer, de mujeres y de fantasías, en plan barra libre.

Y si bien puede parecer que puede ser una buena válvula de escape para nuestros problemas, es más bien todo lo contrario.

 5 semanas de transformación y viaje personal, en una treintena de vídeos, con pdfs y audios para trabajar